CONCURSO: "Cocina con Uno de Dos"

¡Hola de nuevo!

Aunque últimamente todo anda un poco parado por aquí (espero que se vea reflejado positivamente en mis exámenes), mañana es el día de San Jorge, patrón de Aragón y festivo en Zaragoza. 

Así he conseguido sacar algo de tiempo para preparar la receta del concurso "Cocina con Uno de Dos". Es el concurso por el tercer aniversario de su blog que organiza Pamela, la cocinera detrás de Uno de Dos, y el tema que ha elegido me parece muy interesante: harina y aceite, dos básicos de nuestra cocina.

Con estos dos ingredientes la cantidad de recetas que se me ocurren se cuentan por docenas, pero finalmente me decidí por algo dulcecito, crujiente y con un cierto sabor a tradición: una torta hojaldrada de frutos secos y miel. 

El aceite de oliva y el que aportan los frutos secos dan a esta torta un sabor intenso, que combina perfectamente con el dulzor de la miel y el azúcar. He elegido una pasta hojaldrada que se conserva perfectamente durante varios días sin perder su textura crujiente. La superficie de la torta está cubierta de caramelo de almendra, nueces y miel... ¡si alguien puede resistirse a algo así que me avise, por favor! 

Espero que os animéis con esta receta y también a participar en el concurso.

¡Feliz semana y feliz día de San Jorge!

Ingredientes para una torta (10 raciones):

- 400 gramos de harina de panadero.

- Agua.

- Levadura fresca.

- 400 ml de aceite de oliva virgen extra (variedad arbequina).

- Granillo de almendra.

- Un puñado de nueces mondadas y algunas más para decorar.

- Un puñado de avellanas mondadas. 

- Un puñado de piñones sin cáscara.

- Azúcar.

- Miel caliente.

Utensilios:

- 1 bol grande.

- 1 rodillo de amasar.

- 1 mortero grande.

- 1 bandeja de horno plana.

- Papel sulfurizado.

Nivel de dificultad: medio.

Tiempo de preparación: 20 minutos + 1 hora de levado + 15 minutos de cocción.

Preparación.

Desleímos la levadura con agua templada en un bol grande. Añadimos poco a poco la harina y envolvemos con la mano hasta que la masa no se quede pegada. Formamos una bola y dejamos reposar en un sitio cálido durante una hora o hasta que haya doblado su volumen.

Sobre una superficie enharinada, amasamos de nuevo añadiendo el aceite poco a poco hasta que quede totalmente integrado. Dividimos la masa en dos, tomamos una de las bolas y la extendemos con el rodillo hasta conseguir un grosor de 1/2 centímetro. Colocamos la lámina sobre la bandeja del horno, previamente forrada con papel sulfurizado.

Llenamos un mortero grande con el granillo de almendra, los frutos secos enteros, el azúcar y el aceite y trituramos hasta obtener una pasta, que extenderemos sobre la lámina de masa.

Extendemos de igual modo la otra bola de masa y la colocamos sobre la anterior, sellando bien los bordes con unas gotas de agua templada para evitar que el relleno se salga durante la cocción.

Pintamos la superficie de la torta con aceite, espolvoreamos con granillo de almendra y azúcar, colocamos algunas nueces y finalmente añadimos varias cucharadas de miel caliente.

Introducimos en el horno a media altura durante unos 15 minutos o hasta que se forme un caramelo dorado sobre la torta.